Mbappé y el ritmo


Mbappé pudo haber fichado por el Madrid hace tres años; pudo haber heredado el trono que dejó Cristiano y haberse erigido como el líder de un equipo en proceso de regeneración. Pero decidió no hacerlo. Y ocurre que, cada vez más, considero importante entender que la vida impone un ritmo, y que uno solo puede intentar tocar una melodía acorde a ese ritmo que marca el destino.

De hecho, no creo en eso de la media naranja; creo en personas compatibles que trabajan en un proyecto de vida en común. Puede que esta forma de ver las relaciones le quite algo de espectacularidad al asunto, pero, cuando introducimos el concepto del ritmo, agregamos un ingrediente extra a esa insulsa salsa de compatibilidad y compromiso. Un ingrediente que no depende de nosotros y que, de una forma distinta, le devuelve ese carácter mágico al asunto.

Creo que la máxima de seguir el ritmo domina cualquier faceta por la que me haya interesado mínimamente a lo largo de mi vida: desde jugar al ajedrez, el FIFA, el sexo, el fútbol, escribir, dar una clase, programar. Todo funciona en función del ritmo.

Si uno va con un esquema rígido del tipo: «En primer lugar voy a hacer esto, luego esto otro, luego continúo de tal forma…», lo más probable es que fracase estrepitosamente en sus propósitos. La única manera de aspirar a obtener resultados decentes es tratar de conocer una serie de dinámicas y aplicarlas en un orden correcto (no solo hay un orden correcto).

Es complicado encajar la nota en el tempo y se falla a menudo; pero, cuando fallas, tienes que esperar al siguiente compás para meter la siguiente nota. No puedes cometer el error de intentar meter la nota anterior y entrar en un círculo asincrónico que produce ruido y desazón.

Sin embargo, eso es lo que le ha sucedido a Mbappé al fichar por un club que lo ha ganado todo en estos años. Si sigue ganando, no tendrá mérito en un equipo que ya lo estaba haciendo (primera ley de Newton); si deja de ganar, él será la causa de ese eventual abandono de la senda del triunfo.

Mbappé y el ritmo
Mbappé y el ritmo