Justicia de parque

A Nico se le ilumina la cara cuando llegamos al parque y vemos a su mejor amiga, Laura. Hace unas semanas, mientras jugaban, otra niña del parque cogió un carrito de juguete que ella había traído. Laura seguía jugando con Nico, pero no le quitaba ojo a su carrito y, de vez en cuando, le decía a su mamá: «Tiene mi carrito». Nico se dio cuenta, fue a por la otra niña, le arrancó el carrito con bastante poco tacto, dijo «es de Laura» y fue corriendo a llevárselo.

Esta anécdota ha provocado que algunos de mis amigos se metan conmigo diciendo: «Mira cómo a tu hijo sí que le gusta la propiedad privada». Por contextualizar, estos amigos son los que, cuando cogen a alguno de mis bebés, les levantan el brazo derecho y cantan el «Cara al sol» mientras me sonríen y me dicen: «Le gusta más que la Internacional».

Así que no sé cómo reaccionarán cuando les cuente que Nico decía que los Reyes Magos no podían traerle regalos a Leo porque se pasa el día llorando y se porta muy mal. «No es justo que tenga el mismo derecho a regalos que yo, que me he portado bien», trataba de defender. Para hacerlo, mantenía un discurso similar al que enarbola Rafa Nadal: la meritocracia de portarse bien es la que hace que te traigan regalos.

Mis amigos seguramente traten de burlarse de mí diciendo que Nico es de derechas, pero yo he sacado una conclusión bastante diferente. Me he dado cuenta de que ser de derechas es infantil. Es entender la justicia como la entiende un niño de tres años: creer que la meritocracia vale por igual para todos, sin reconocer que cada persona es diferente. No obstante, y a diferencia de lo que espero de Nico, dudo mucho que mis amigos evolucionen en su concepción de justicia y libertad.

De hecho, creo que Nico ya lo está haciendo. Hace unos días, Laura estaba triste. Nico vio que había una niña que tenía un juguete. Fue a por ella cual Robin Hood, se lo arrancó con el mismo poco tacto que la vez anterior y se lo llevó a Laura para tratar de consolarla, porque la poesía no es de quien la escribe, sino de quien la necesita.