¡Ha sido sin querer!


«¡Ha sido sin querer!, ¡ha sido sin querer!». Así mostró Niquillo su compromiso con la justicia social. Habíamos visto cómo la hermana mayor había intentado columpiar a la pequeña, esta se había caído y había comenzado a llorar, contándole a su mamá que su hermana la había tirado. Cuando la madre comenzó a regañar a la hermana mayor, Niquillo se alzó como el adalid de las causas perdidas al correr hacia la madre y tratar de explicarle lo que realmente había sucedido. En condiciones normales, nada me haría más feliz, pero llevo unas semanas inmerso en una crisis de valores de izquierdas que me lleva a cuestionarme si tiene sentido preocuparse por los demás.

Cuando trabajaba en empresas privadas, pensaba que lo haría mucho mejor si nadie vigilase mi trabajo, porque me centraría en que las cosas estuvieran bien hechas y no tanto en que lucieran bien. Esta fue una de las motivaciones que me llevó a hacerme profesor. No obstante, ciertos sucesos acaecidos en los últimos tiempos me han llevado a pensar que las personas son, por término general, más egoístas de lo que pensaba. A su vez, esto me lleva a cuestionarme si el funcionariado, y por ende los servicios públicos, tienen sentido.

Quizá haya que hacerse de derechas, quejarse de los impuestos y abogar por ese estoicismo de Hacendado, propugnado por personajes como Nadal, que defiende que quien se esfuerza consigue lo que se propone y narra la historia únicamente desde la perspectiva de los ganadores (que son bastantes menos que los que no triunfan pese a tener talento y esforzarse). De modo que quien sufre es porque quiere y sálvese quien pueda.

Tal vez deba hacerme del Madrid, creerme mejor que los demás sin motivo aparente y pasearme por las salas de espera de las consultas de obstetricia criticando las «fucking panzas», o hablar de meritocracia obviando que es mucho más difícil tener «éxito» en la vida viniendo de un entorno desfavorecido.

Pero el problema es que tengo un hijo y dos en camino, y si tuviese un pensamiento tan lúgubre del ser humano y la sociedad, no los tendría. De hecho, no sé cómo es capaz de levantarse por las mañanas la gente que piensa así de los demás. En cualquier caso, yo no puedo permitirme pensar así porque dejaría de ser capaz de explicarle a Niquillo que tiene que compartir, ayudar a los demás o luchar por la justicia social.

¡Ha sido sin querer!
¡Ha sido sin querer!