Engañar al algoritmo
El otro día iba en el coche y comenzó a sonar flojita una canción del canto del loco, subí el volumen y, mientras lo hacía, me arrepentí; porque no quería que «el algoritmo» empezara a pensar que me gusta el canto del loco y que comenzara a reproducirlo a todas horas. Es sorprendente que hayamos llegado a un punto en el que nos preocupamos de qué percepción se formará sobre nosotros un ente inconsciente.
Pero creo que esa preocupación por nuestra identidad es inherente a los aspectos más primitivos del ser humano. Niquillo se reconoce a sí mismo como «Nico», «Niquillo», «el bebé» y habla de sí mismo en esos términos. Pero, el otro día un niño en el parque empezó a increparle utilizando el apelativo «bebé» con el que siempre se ha sentido cómodo. No obstante, el tono que utilizaba el otro niño provocó que mi hijo se sintiera ofendido y comenzara a percibir el apelativo bebé como un insulto.
¿Cómo la opinión puntual de un absoluto desconocido puede hacernos dudar de quiénes somos?
Por otra parte, ví en el parque a un chico que estudió en el mismo instituto que yo y cuyo nombre no recuerdo. Me dio pena pensar que seguramente será una persona que haya hecho grandes cosas con su vida y que sólo esté presente en mi recuerdo porque un cani del instituto le metió una de las ostias más grandes que he tenido el honor de presenciar. Es injusto que sólo lo recuerde por eso.
Le conté esto a Yolanda cuando llegué a casa y me hizo pensar que es probable que mucha gente que me conoce poco, también me reconozca por un suceso similar. Esto me hizo recordar cuando me encontré con una chica que conocí en el colegio y a la que perdí la pista cuando se quedó embarazada con catorce años. Al verme, me dijo que me recordaba siendo un niño muy pequeño que iba siempre lleno de mocos ¿cómo se atrevió a decirme eso? ¿acaso no es consciente del motivo por el que todo el mundo la recuerda a ella?
No somos conscientes del motivo por el cuál otra gente nos recordará, igual que un niño que vi debajo de un tobogán (y con esto término con la temática parquil) declarando que estaba jugando a ser mendigo, esparciendo basura a su alrededor y tumbándose sobre una mochila bajo el refugio del tobogán. Es complicado entender el tema de los referentes…
Esta semana me enteré de que uno de esos alumnos que tengo, que ocupan el asiento contiguo al suyo con el casco, no tiene moto, sino que es un casco de ser paquete en la moto de otro. Me pareció una enorme afrenta hacia los moteros de dieciséis años con chupa de cuero… en cualquier caso, mis referentes son cada vez más prosaicos y admiro de una manera más profunda a quienes han sacado una familia adelante lidiando con obstáculos que a los clásicos referentes de la humanidad.